lunes, 11 de octubre de 2010

XLIV AÑO TRIUNFAL

A todos los que me habéis felicitado por mi aniversario, Gracias de Todo Corazón, y os recuerdo que:
"[...] Nunca se llega tarde a ningún sitio, jamás se nace ni se muere cinco minutos antes, y todos los puertos son seguros tan pronto como se rinde en ellos la más azarosa y difícil singladura. El tiempo lima las asperezas de la conciencia y amansa la voz del hombre si se acierta a ponerla a remojo en el benevolente rocío de la paciencia; aliado con el tiempo, al decir de Shakespeare, al miserable no le queda más medicina que la esperanza: ni siquiera la caridad ni el azar, aunque quizá sí el amor y la fe, esas dos palancas que sólo los más clementes dioses enseñan a manejar a los elegidos. Hay que dar tiempo al tiempo para que pueda granar con opimo provecho y no se debe ensayar a acelerarlo, puesto que jamás abdica de su ritmo previsto y cadencioso o vertiginoso, según se mire. El mundo es tal cual se nos presenta y para San Agustín, el mundo de nuestros afanes y nuestras impaciencias, el mundo en que vivimos, se hizo no en el tiempo sino al mismo tiempo que el tiempo, ya que el tiempo no existía antes del mundo [...], y doy gracias a Dios, también a los hombres, por no haberme querido mudo ni muerto"
CAMILO JOSÉ CELA (1916-2002), DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO CERVANTES

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