viernes, 29 de octubre de 2010

NO A RYANAIR EN ALVEDRO

Muy Buenas!

Sacamos este humilde blog de su letargo para hacernos eco de la noticia que El Correo Gallego sacó ayer en sus ediciones impresa y digital, sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento de La Coruña esté pujando por hacerse con los servicios de Ryanair para el Aeropuerto de Alvedro, haciéndose con todo o parte de las conexiones de Lavacolla.
La sola noticia me produce PÁNICO. Pánico, por varias razones:
PRIMERA.- el turismo de Coruña es un turismo de Congresos y/o un turismo de calidad, y yo entiendo que jamás debe alinearse o venderse a un tipo de transporte errático, caótico y terriblemente inseguro. Ligar nuestra imagen a una compañía famosa por sus múltiples problemas es garantía de hundir el prestigio de una ciudad a la que tanto le ha costado salir del anonimato y situarse en el mapa, gracias a empresas como Inditex, el Real Club Deportivo de La Coruña, etc., o su eterna imagen/tópico de “Ciudad en la que Nadie es Forastero”.
SEGUNDA.- la seguridad. Sabido es que esta innombrable aerolínea (por llamarle algo) es una día sí y otro también protagonista de muchos y graves incidentes y reiterados incumplimientos en materia de seguridad aérea (repostar el avión con gente dentro, volar por debajo del mínimo de combustible necesario, realizar maniobras sin permiso de las torres de control, etc.etc.). Sólo faltaría tener un incidente, por nimio que sea, en nuestro aeropuerto para que nos cierren el mismo, sabida es la ojeriza que se tiene en contra de Alvedro por no se sabe qué Intereses Bastardos.
Ello se refuerza con una estadística macabra, pero igual de cierta: cada once millones de operaciones (aterrizajes, despegues, etc) se produce un accidente aéreo, y por su volumen de operaciones, a esta aerolínea ya le va a salir el número, y esperemos, en caso de que tal despropósito salga adelante, no nos caiga a nosotros el marrón.
TERCERA.- uso de fondos públicos. Es un Crimen de Lesa Majestad usar fondos públicos (se habla de ¡3 millones de euros!) para subvencionar a una línea aérea que ni paga a sus proveedores ni a sus empleados. Y si no, que se lo pregunten a los empleados del handling de Lavacolla o a aquellas empresas de Santiago y comarca que fiaron a la propia aerolínea o a filiales o auxiliares de la misma, y que ahora se encuentran con grandiosos pufos en sus cuentas que sólo Dios (o su Señoría) sabe cuándo cobrarán.
CUARTA.- calidad del servicio. Ligado a todo lo anterior, Es más que conocida la forma de actuar con el cliente de una aerolínea que ofrece unos precios con los que en otras compañías no nos dejarían ni acercarnos al avión. Tengamos en cuenta que en caso de desvíos de vuelos hacia Alvedro por la causa que sea, el aeropuerto más cercano en el que operan es Asturias o Valladolid, y si se da el caso, búscate la vida y reclama, que las hojas las usan de papel para el WC, que hay que ahorrar costes...
Ya no hablemos de los infinitos casos/incidentes que pueden darse antes durante o después del vuelo (os pongo un vídeo que está en inglés pero que se entiende muy bien...)



QUINTA.- esta ya de mero humor y “piensa mal y acertarás”... Me consta que el Sr. Embajador en el Vaticano es un gran usuario de la línea Roma-Santiago: A ver si va a ser que llamó al Sr. Alcalde para decirle “Losadita, que estoy cheo de tener que ir a Santiago cuando vengo de Roma, haz lo que sea y dales lo que pidan para que vengan a Alvedro”. Y el Sr. Alcalde, Dios le libre de llevar la contraria a La Voz de Su Amo, que ya sabemos quien manda en realidad...
Bromas aparte, y ya por finalizar, me parece un suicidio anunciado ligar el futuro de nuestro aeropuerto con una compañía que practica el más abyecto filibusterismo aéreo. Sr. Losada, Sr. Tello: por fortuna hay más compañías de bajo coste que estos impresentables.

lunes, 11 de octubre de 2010

XLIV AÑO TRIUNFAL

A todos los que me habéis felicitado por mi aniversario, Gracias de Todo Corazón, y os recuerdo que:
"[...] Nunca se llega tarde a ningún sitio, jamás se nace ni se muere cinco minutos antes, y todos los puertos son seguros tan pronto como se rinde en ellos la más azarosa y difícil singladura. El tiempo lima las asperezas de la conciencia y amansa la voz del hombre si se acierta a ponerla a remojo en el benevolente rocío de la paciencia; aliado con el tiempo, al decir de Shakespeare, al miserable no le queda más medicina que la esperanza: ni siquiera la caridad ni el azar, aunque quizá sí el amor y la fe, esas dos palancas que sólo los más clementes dioses enseñan a manejar a los elegidos. Hay que dar tiempo al tiempo para que pueda granar con opimo provecho y no se debe ensayar a acelerarlo, puesto que jamás abdica de su ritmo previsto y cadencioso o vertiginoso, según se mire. El mundo es tal cual se nos presenta y para San Agustín, el mundo de nuestros afanes y nuestras impaciencias, el mundo en que vivimos, se hizo no en el tiempo sino al mismo tiempo que el tiempo, ya que el tiempo no existía antes del mundo [...], y doy gracias a Dios, también a los hombres, por no haberme querido mudo ni muerto"
CAMILO JOSÉ CELA (1916-2002), DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO CERVANTES