martes, 6 de julio de 2010

La camiseta

a P., que me animó a volver a escribir :)

Hoy me he ido a una tienda de deportes en plan baratillo y me he comprado una camiseta de la selección de Holanda ya pasada de fecha. Siempre he sentido una enorme, infinita simpatía hacia esa selección y hacia los holandeses: he tenido la oportunidad de trabajar con ellos, y me parece un pueblo absolutamente admirable, combativo (que se lo digan a los tercios de Flandes y al colega Alatriste), pero sobre todo, que rompe el estereotipo del nórdico: un pueblo alegre, auténtico y que defiende lo suyo por encima de todo.

Y una afición que anima y sigue a su selección vaya donde vaya. Un conocido mío, holandés y que habla igualito que el Johann Cruyff me decía "que si algún día jugásemos en Plutón, la nave que llevase a los jugadores vería plutón todo naranja antes de aterrizar". Es verdad: basta ver cualquier partido del Mundial para ver que la Oranje es siempre mayoría.

Pero hoy quiero contaros algo que me ha llamado la atención: al coger la camiseta, me he fijado que en la parte interior del cuello tenía algo escrito:

Pues qué bien, porque el neerlandés no es mi fuerte: y de repente, volviéndolo a leer, me he dado cuenta: "Wilhelmus Van Nassouwe", Guillermo de Nassau, Guillermo I de Oranje... es la primera estrofa del Himno Oficial de los Países Bajos, el "Het Wilhelmus", el himno más antiguo del mundo.

"Guillermo de Nassau
soy yo, de sangre germánica
a mi patria fiel
permaneceré hasta que muera"

Toma ya: a buenas horas, si el Himno español tuviera letra, íbamos a poner ni una coma... y a eso voy: ha tenido que ganarse una Eurocopa para que al menos, y alrededor del fútbol, el país se haya unido como una piña, que por una fracción de segundo se nos haya olvidado nuestra genética autodestructiva, nuestro complejo de inferioridad, a pesar de ser de un país con una gran Historia, le pese a quien le pese, con sus muchas virtudes y sus muchísimos defectos.

Cuando escribo esto, faltan veinte minutos para empezar el Holanda-Uruguay, semifinal del Mundial: no tengo ni idea de qué va a pasar mañana frente a la Mannschaft germánica. Pero ojalá volvamos a mojarles la oreja y lleguemos a la final, y nos traigamos los nosecuantos kilos de oro y brillantes que pesa el tochazo del trofeo, y nos sintamos un poco más unidos como país, aunque sea alrededor de veintidós tipos en calzoncillos corriendo detrás de un cacho de cuero sintético. Amén

1 comentario:

Princi dijo...

Discrepo con parte de tu artículo amigo FM.

¿Porké sentirnos unidos es "lo bueno"? ¿Somos malos los k discrepamos o los k nos cagamos en esta "puta españa"?
Permiteme seguir creyendo que este pais necesita bastantes cosas más k ganar un mundial para k yo me sienta unido a cualkier señora de Murcia o de Tarragona